Desde que abrió sus puertas en el año 1963, el Asador Olaverri se ha convertido en un punto de referencia de la gastronomía navarra en la ciudad de Pamplona. Sólo he estado una vez, pero me atrevería a afirmar que es de esos restaurantes que nunca falla. Se ha reformado hace relativamente poco para crear un ambiente moderno y acogedor.
No es que la carne roja sea mi pasión mayúscula, pero de vez en cuando sí que me la pide el cuerpo y este puente era una de esas veces, así que allí me dirigí. El alma del restaurante es evidentemente la carnaza, pero que no panda el cúnico, porque tienen unos pescados con una pinta formidable (que lamentablemente no tuve espacio en el estómago para probar, así que tendré que volver) y verduras varias.
Los seleccionados de la noche fueron la media ración de alcachofas con jamón (fuera de carta), morcilla de Burgos con pimiento, chuletón y hongos rehogados para acompañar a la carne. Para beber, vino, tinto y blanco, y de postre, tarta de queso.
El mimo en la elaboración de cada plato es indiscutible. Todo está que se sale de rico. Para la carne no hace falta ni que especifiques el punto de la carne, porque tal y como la sirven ellos es perfecta. El servicio es súper encantador y está pendiente durante toda la cena, para que te sientas como en casa. Repetiría cien veces. Sin duda una parada obligatoria en Pamplona.
¿Lo mejor? La calidad y la sencillez en la elaboración.
Precio: 40-50€/pp.
Calle Santa Marta, 4
Pamplona
Telf.: 948 23 50 63
email: reservas@asadorolaverri.com