Lo admito, no he podido resistirlo y he vuelto a Ox’s

¡Es que está todo tan bueno!

Para los que no os acordéis, ya estuve en Ox’s una vez, y os conté su historia. El matrimonio Urdiain, formado por José Ignacio y Mila, lleva más de treinta años deleitando a la capital con lo mejor de la gastronomía vasco-navarra, y es que José Ignacio se formó como cocinero entre los fogones de Zalacaín.

Todo lo típico de la cocina tradicional vais a encontrarlo en Ox’s: carnes buenísimas, pescados excelentes y verduras de primera calidad. Si quieres comer verdura de temporada, no lo dudes, Ox’s es tu sitio. Pero lo mejor, además de la materia prima, claro, es la elaboración, que está cuidada al máximo detalle. No sólo eso, sino que la atención en sala es exquisita.

Ox’s tiene tres ambientes: una sala privada, un salón general, y una terraza. En todos ellos reina una decoración clásica, cálida y luminosa. La carta es muy variada, y puedes encontrar platos tan difíciles de ver en una carta como cardo, que sí, pídelo, porque merece la pena.

Nosotros, que cuando comemos lo hacemos bien, pedimos para probar de todo un poco. Las albóndigas para picar, que están de infarto, la salsa es perfecta y está bien ligada con la carne. El cardo, porque me habían hablado fenomenal y tenía muchísimas ganas de probarlo (aunque lo odiaba cuando era pequeña). Un sobresaliente. Después, la sopa de pescado, de campeonato. Es tan densa y tan sabrosa que cualquiera se tomaría un cubo. Pimiento relleno, porque es un clasicazo y se sale de bueno. Pescado y carne. No fallan, pregunta qué tienen y que te lo hagan como ellos mejor saben. Y de postre, flan de queso. Lo hacen sensacional. Yo no he probado otro igual. Pídelo, de verdad, aunque no te guste el queso.