Se encuentra en Castroverde de Campos, Zamora, un pueblo en medio de la España profunda con menos de 300 habitantes. Tenía muchas ganas de ir desde hace mucho, ya que es un templo para los amantes de la carne de caza. Por eso, en nuestra vuelta del fin de semana en León, decidimos parar a comer allí, con reserva claro. Ahora que le han dado la Estrella, el tema de reservar se ha puesto complejo. Os sugiero que hagáis la reserva ya para un finde aleatorio y organicéis el fin de semana en torno a vuestra experiencia en Lera.
En el primer borrador de este post, el título era “Lera, un restaurante de Estrella sin Estrella”. Afortunadamente, en la pasada gala de la Guía Michelín por fin le dieron tanto la Estrella Michelín como la Estrella Verde, que reconoce la sostenibilidad. Lera se convierte así en la segunda Estrella Michelín de la provincia de Zamora, junto con El Ermitaño.
Suelos de madera en consonancia con tejidos claros y naturales y una esquina con un papel pintado en tonos verdes y motivos campestres, son los que, en combinación con la luminosidad del espacio, convierten a Lera en un local muy agradable para hacer comida y una larga sobremesa.
En los fogones, Luis Alberto Lera, un tipo joven que, además de cocinar de escándalo y conocer a la perfección el producto, es un amor en persona. Le compramos el libro de recetas de caza para mi padre y nos lo dedicó y pasó un rato sentado con nosotros. Huye de modas y prioriza a los pequeños productores de la zona.
Bueno, al lío. No pedimos el menú degustación porque iba a ser demasiado y nos quedaban todavía kilómetros para llegar a Madrid, pero lo tengo pendiente para la próxima vez sin duda.
Nos decantamos por unos entrantes de temporada pero fuera de carta.
El primero de ellos, unos boletus al ajillo con yema de huevo. De lágrima. No tengo mucho más que decir, porque es un plato de 10. Producto bien tratado, suave, y rico.
De segundo, unas trompetas de la muerte con crema trufada y papada ibérica. Este me gustó todavía más que el anterior.
Para seguir, un puerro de Sahagún con anchoa y emulsión de mostaza. Muy rico, muy distinto. Soy muy fan de los puerros, pero nunca se me habría ocurrido comerlos con mostaza.
El puerro lo pedí para mí porque Sergio eligió las lentejas con foie y pato y llevaban pimentón, así que yo no podía comerlas. Mirad si estaban buenas las lentejas que le dejaron la fuente en la mesa “por si desea un poquito más” y se la comió entera.
Terminamos con un lomo de ciervo, que era a lo que yo iba realmente y me fascinó. La carne de caza no es fácil, porque si la pasas de punto pierde toda su gracia. Estaba impresionante.
De postre, arroz con leche y tarta de chocolate.
Estaréis diciendo “bueno no se comieron un menú degustación pero se pusieron las botas”. Pues sí, lo reconozco. Pero no salimos reventando tampoco. La cocina de Lera está bien elaborada y el camarero que te atiende se preocupa de que las cantidades que pidas y las combinaciones que hagas te hagan pasar una buena digestión después.
Necesario visitar sitios como Lera, de cocina real, de verdad, de vez en cuando, aunque se salgan de nuestro presupuesto habitual. He ido a muchos restaurantes y puedo afirmar que este es mi nuevo restaurante favorito. Volvería mañana, y de hecho, creo que volveré en enero o febrero.
Os dejo también la foto del menú degustación para que le echéis un ojo.
Además, desde el año 2009, también cuenta con hotel para hacer redonda la experiencia gastronómica.
Precio: 50-60€/pp.
Lera
C/ Conquistadores Zamoranos, 6
49110 Castroverde de Campos (Zamora)
Telf.: +34 980 66 46 53