Lo mejor de una primera cita
Hacía lustros que no tenía una cita, y cuando O (llamémoslo así por preservar su intimidad) me propuso ir a Merci a cenar, ya empecé a mirarlo con otros ojos. Tenía Merci muy pendiente desde hacía tiempo porque me lo habían recomendado mis tíos, y además resulta que el dueño es el padre de una compañera del cole. Así que llamó, reservó, y nos plantamos allí un miércoles a las 22:00 para una cena animada a la vez que tranquila.
Y para mi – nuestra – sorpresa, nos encontramos con un restaurante a medio iluminar, con una luz tenue que provenía de velitas en cada mesa, una playlist de lo más romántica con canciones como Shallow, I Will Always Love You o My Heart Will Go On, y un ambiente muy adulto e internacional. Parecía que estuviéramos cenando en París o incluso Nueva York. Un restaurante romántico en toda regla, vaya.
Una materia prima de altura
La carta tiene una sección que se llama “de la huerta” que me volvió loca. Yo lo habría pedido todo de ahí, pero no coló, y tampoco me iba a poner exquisita porque O no me conoce de nada y no era cuestión de espantarlo, así que elegimos distintas cosas. Para empezar, un plato de la sección de “platos para compartir”, que fue la ensaladilla de merluza, después las verduritas con chipirones, de la categoría “de la huerta” y finalmente el ceviche de lubina, todo para compartir.
Fue una cena muy ligera. Los platos están muy buenos. Lo que más me gustó fue la potencia que tienen los sabores. Cerrando los ojos podías adivinar casi todos los ingredientes. Mi favorito fueron las verduritas con chipirones. Se comían como pipas y era súper ligero.
¿De postre? El que me conoce sabe que si hay tarta de limón en la carta no se me escapa, y O no puso ninguna pega.
¿Qué me decís de un post de las tartas de limón de Madrid?
El servicio completamente a la altura de la imagen que da el restaurante: pendiente, el vaso de agua siempre lleno, una sonrisa en la cara y perfecto conocedor de la carta y las cantidades (que parece una obviedad, pero no lo es). O, que tiene pinta (y resulta que es cierto) de haber estado en millones de restaurantes del mundo, como hombrecillo maduro, dice que le encantó el ambiente tan cosmopolita del restaurante.
Fue una cita TOP.
Precio: 30-40€
Calle del Conde de Xiquena, 3, 28004 Madrid
Telf.: 916 68 38 60