blog gastronómico es nuevo para mí. Pero bueno, allá vamos.
curioso al que le gusta siempre descubrir lo distinto, me gusta viajar, y opino
que es algo que se debe hacer cuanto más y cuanto antes mejor. Esta vez tocaba
visitar “El Perú”. Ganaba en interés porque también soy de buen comer y este país
tiene una reputación culinaria exquisita, mi euforia era absoluta.
tan idiota que desde que supe que me iba a ir a Perú, visité 2 restaurantes
peruanos en Madrid en apenas dos semanas. Y en este caso vino bien. Comparar de
la forma en la que pude comparar no tiene precio e hincharte a Ceviche,
tampoco. (En realidad sí, en Madrid no es caro, probarlo como Dios manda es más
barato pero te obliga a volar durante 12 horas).
no ejerciendo mi papel de instagramer extremo haciéndole fotos a todos los
platos hasta que Sylvia no me pidió que publicase un post, pero he visto que el
sitio del que me faltan fotos tiene una galería espectacular que refleja al
100% lo que era, así que aquí va.
abril. Habíamos aterrizado en Lima a las 5:00. La mañana fue intensa. Vida
turística como definición exacta. Estábamos caninos. Jorge, nuestro anfitrión
nos propuso llevarnos a probar el que era en relación calidad precio, el mejor
Ceviche que había probado. Como podréis imaginar, pega ninguna.
chiringuito de playa sin playa en Barranco, el distrito bohemio de Lima.
Aspecto de chiringuito, mesas de chiringuito, intelectuales llenando la terraza
con unas pintas hípsters que ni en Barcelona y una más que atractiva mesa para
3. (Cutre, pero a esas horas cualquier silla con mesas era el Ritz).
Servilletas de bar, cervezas heladas… lo que veis cuando os imagináis un
chiringuito, no es más, no se puede ser más preciso. Era un estereotipo
absoluto.
caballo y Rey. “Dos platos para tres, no os rayéis que nos vamos a poner
finos”. De primero, Ceviche. No hay foto, lo siento. Cumplió lo prometido. El
mejor Ceviche que he probado, con su toque picante, su toque ácido… La
demostración de que una receta muy simple puede variar con cualquier mínimo
detalle.
combinación de platos típicamente peruanos. Causa limeña en el centro (papa
amarilla peruana, limón, ají, lechuga, choclo, queso fresco, huevo cocido,
palta, que viene a ser aguacate y aceitunas negras). Sin pasarme dentro de un
insulto absoluto a la cultura Peruana, se podría decir que recuerda a una
ensaladilla rusa pero en mejor. “Al norte” Chicharrón, que venía a ser pescado
rebozado en su punto, nos creeríamos en el sur de España. “Al oeste” choclos,
una de las 350 variedades de maíz que se puede encontrar en el Perú. “Al este”
arroz de pescado, con un sabor muy especial y característico. A mí no terminaba
de hacerme tilín, pero creo que fui el único. Y “al sur”, la estrella, el
ceviche, que estaba tan bueno como primero que no quisimos dejarlo fuera en el
segundo.
Todo esto lo acompañamos de cerveza peruana Pilsen, que no está
mal, e Inca Kola, la bebida nacional que a mí me recuerda en sabor al
kilométrico Boomer y en color al champagne. No sería algo que pediría
regularmente pero que es curioso probar dado su éxito en este país.
30 soles (10€) cada uno.
velocidad del servicio que habitualmente en Perú suele ser muy lenta porque se
toman las cosas con mucha calma pero en este caso fue muy ágil.
vuelvo a Lima y sigue existiendo, por supuesto, hay que volver a probar ese
Ceviche.
15:30. Miraflores. Este es el segundo restaurante puramente peruano que
visitamos. Ya veníamos con referencias anteriores al haber probado el muelle
unos días antes. Esta vez veníamos más relajados. Acabábamos de volver de Cuzco
y teníamos toda la tarde por delante. Sin prisas. El restaurante a esas horas
vacío, para nosotros solos.
Lo primero que pedimos fue cerveza. Y tras llevar unos días allí,
habíamos descubierto nuestra nueva favorita, la Cusqueña. Mala suerte la
nuestra, que se acabó tras la primera ronda y tuvimos que volver a la Pilsen,
que al menos nos compensó con mensajes graciosos en sus etiquetas.
comparar así que casi clavamos el pedido. Primero Ceviche, segundo Chicharrones
y por último arroz con Mariscos. Podemos decir que el encuentro terminó en
empate.
tan bueno como el de “El muelle”. La textura y la intensidad de sabor habían
perdido, pero no nos engañemos, el ceviche nunca está mal. Los chicharrones no
pueden salir mal así que no tenemos un claro favorito. Sin embargo, el arroz
con mariscos estaba espectacular, con un sabor especiado muy sutil y una
textura fantástica.
cantidad de comida nos quedamos ahí a digerirlo todo convenientemente con un
pisco sour para poder seguir con nuestro día.
uno incluyendo cervezas.
cuzqueña
tanto incentivo como lo es el Ceviche, volvería si tuviera tiempo en Lima, sin
tiempo probablemente buscaría más sitios que conocer.
Perú y se interesa por la comida peruana, casi de inmediato aparece el nombre
de Gastón Acurio, el mayor precursor
de la gastronomía peruana por el mundo y un orgullo para este país. Investigad
la Wikipedia y veréis.
restaurante en Lima llamado Astrid y Gastón (13º mejor restaurante del mundo)
que posteriormente replicó en varios lugares del mundo incluido Madrid, pero su
historia no acabó ahí. Es dueño de una decena de cadenas de restaurantes entre
las que se incluye Tanta (Madrid y Barcelona) y Papacho’s.
Perú, ya adoraba a este tío porque es la razón por la cual ya conocía la cocina
peruana, pero tiene narices que tras mi viaje le recuerde por mejorar mi
concepto de comida estadounidense. Papacho’s es un Friday’s en mejor.
condensa 2 visitas a Papacho’s y solo hablaré de mi experiencia personal.
Lo primero que me llamó la atención es que la mesa de Papacho’s
te recibe con un gran mantel marrón y un bote de ceras. Un lienzo para que te
entretengas dibujando y hagas mil chorradas. No confesaré mis pecados, pero os
lo podéis imaginar. Como buenos borrachos, mis amigos insistieron en comenzar
con Pisco Sour, algo que facilita la
entrada de comida y te permite reventar de la forma más visual posible, por
aumentar la magia.
y que aquí llamaríais huevos rotos con salchichas. Llegó una sartén de las
grandes, de las de tortilla española tamaño familiar acompañada con 5 salsas
distintas en las que mojar las patatas una de las cuales era saúcoketchup, una salsa que desde
entonces se ha convertido en uno de los elementos comestibles más valorados. Ya
sabíamos de antemano que no íbamos a salir ligeros de allí. Papacho’s ya solo con su entrante dejaba en
buen lugar a su creador. Fantástico.
hamburguesa. Fui dos veces y pedí dos distintas siempre acompañadas por aros de
cebolla en lugar de patatas fritas (TOP). En Cuzco, La Papacha, en Lima, la Miraflorina,
estaba en Miraflores, no había otra opción. El caso es que soy, he sido y
siempre seré muy de hamburguesas, y a día de hoy, la Papacha es la mejor
hamburguesa que he probado nunca. 270
gramos de Carne, Bacon, Queso Azul, Saúcoketchup, aro de cebolla, lechuga y
tomate. Si bien uno puede pensar que una hamburguesa con queso azul no
puede saber a otra cosa que a queso azul, en este caso no era así. La mezcla
del queso con el saúcoketchup le daba a la hamburguesa una textura única y un
sabor delicioso que como acompañante de una carne en su punto justo era
sinónimo de perfección. Vale, igual me estoy pasando un poco, pero sentí lo que
siente Marshall en How I Met Your Mother cuando prueba la mejor hamburguesa de
Nueva York. La Miraflorina que tomé en Lima estaba muy buena, la carne de nuevo
en su punto pero los acompañantes no eran los mismos, la Papacha era un
peliculón con un reparto espectacular y la Miraflorina era una muy buena
película pero que te deja salir tranquilo del cine. 300
gramos de carne, Queso cheddar, bacon, salsa barbacoa, lechuga, tomate,
pepinillo y cebollas crocantes y aquí, ingredientes como el pepinillo o el
bacon se perdían en el sabor a barbacoa.
De postre pedí una tarta de queso y chocolate. No estaba mal,
pero era demasiado grande para uno solo y empalagaba muchísimo.
extra, los refrescos se sirven en botellas de plástico de 50cl lo cual
significa, mejor sabor, y cantidad suficiente.
Para ser Lima, caro. 80 soles (27€) cada uno.
España por favor!
añadir que este post sobre comida en el Perú no es todo lo completo que
debería. Además de estos restaurantes, probamos más platos típicos de allí como
son Alpaca, Lomo Saltado, que es un plato fabuloso con arroz mucha salsa, y Anticuchos. Este último es digno de
mención ya que lo probamos en un puesto de la calle en Aguas Calientes, al pie
de Machupicchu. Es corazón de res y si bien el concepto tira para atrás, está
buenísimo.
crítica general tan positiva es lo más conveniente pero lo que queda claro es
que si vais a Perú no hay que preocuparse por la comida ya que se come
fantásticamente bien allá donde vayas. Es un país que recomiendo
encarecidamente visitar, un país que sorprende. Uno no sabe lo que es
MachuPicchu hasta que lo ve con sus propios ojos.
compartido con vosotros mi experiencia culinaria en Perú.
Besos para ellas y abrazos para ellos y un pisco sour para todos.