Cuando me tocó elegir restaurante “sano, por favor” para celebrar mi cumpleaños el pasado 12 de junio, en seguida pensé en Floren Domezáin. Tenía ganas infinitas de ir desde que abrió. Había visto en redes las fotos de esas alcachofas y esos tomates. No podía no ir. Está cómodo, porque está en la parte alta del barrio de Salamanca, donde no abundan los restaurantes saludables y menos los saludables y bien puestos.
Claro, que yo vengo de una familia de buen comer, así que cuando vieron la carta fueron incapaces de limitarse a las verduras y pedimos un poco de todo. Mi gozo en un pozo, porque yo me habría puesto hasta las cejas de verduras y luego habría pedido albóndigas, porque yo, albóndiga que veo, albóndiga que tengo que probar. No lo puedo evitar.
Lo primero que me llamó la atención es que la carta es un folio A3 doblado en 4 con tipografía de cuadernos de verano Rubio. No pedimos alcachofas. Ni lechuga. Ni tampoco pedimos espárragos blancos. Y ni siquiera pedimos tomate… Lo sé, no me matéis. Tengo que volver. Pero os voy a enseñar la otra faceta de Floren Domezáin.
Como siempre, pedimos todo para compartir. De entrantes, las cebolletas estofadas con reducción de verdejo, tortilla de Betanzos con setas y huevos de corral a la sartén con setas y trufa. Las cebolletas me encantaron. De hecho para mí fue el mejor plato. Era mi sueño comer cebolla con cebolla. Cebolla y ya está. Y lo cumplí. La tortilla también espectacular. Súper poco cuajada como las tortillas de bien. Y el toque ganador con las setas. Los huevos, para hacer barquitos hasta acabarse el pan de toda la ciudad.
De segundos, canelones cremosos con verduras de Tudela y bechamel de trufa y foie y albóndigas de Kobe al estilo tradicional. Les había llevado a un restaurante saludable y como veis no fueron capaces de pedir healthy. A ver, sinceramente, estaban buenos, pero con los entrantes que habíamos pedido, era difícil que los segundos fueran mejores. Los canelones suaves y las albóndigas puede que demasiado fuertes. Esa salsa pega más con un trozo de carne que con unas albóndigas, pero buenas de todas formas.
De postre, brownie con helado de tomillo, pastel ruso con dulce de leche y frambuesas calientes con helado de yogur. El brownie no lo habíamos pedido, pero era mi cumpleaños y me lo trajeron con una vela y cantando. Estuvo muy animado. El brownie es brutal de bueno, con la punta caída y todo el chocolate cayendo.
Precio: 35-40€/pp.
Floren Domezaín
Calle de Castelló, 9
28001 Madrid
Telf.: 915 76 76 23