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junio 9, 2015

San Bernardo 115 Gastrobar (Madrid)

¡Buenos días! Hoy os traigo algo en el centro. Un sitio muy mono que me llamó la atención por los vasos de colores de las mesas (y porque su ubicación me venía bien para los planes del día). Fuimos cuatro a comer y nos decidimos por dos entrantes, cuatro segundos y dos postres (a los que se me olvidó hacer foto, pero os los describo con toda clase de detalles).

De entrantes pedimos ensalada de pollo crujiente con queso fresco aderezada con mostaza y miel y risotto de setas con aceite de trufa. La ensalada de pollo estaba muy buena, el pollo bien hecho y muy sabroso. Ni falta aliño ni nada la lechuga en aderezo. Está perfecta. Como primer plato individual habría sido muy completa. El risotto espectacular. Para mí un diez, salvo que quema muchísimo y hay que tener cuidado. Cremoso y con el arroz en su punto. 

De segundos pedimos cada uno uno. 
El entrecote estaba un poco duro, sin embargo de sabor estaba bien, la carne la habíamos pedido poco hecha y estaba jugosa. Bien presentado y muy apetecible. Un notable.
El solomillo ibérico con almendras y reducción de frutos rojos está poco logrado. Muy hecho, si bien es cierto que es cerdo, no está nada jugoso y tiene poco sabor. También está algo duro. Una pena porque la idea es buena. 

El solomillo ibérico con reducción de Pedro Ximénez tampoco está muy conseguido. Teníamos muchas ganas y las expectativas muy altas. La carne está dura y muy hecha. La salsa está poco ligada, muy líquida, tendría que haber sido más cremosa. Dos punto a favor son que la cebolla y las verduritas de encima están muy buenas y que la ración es generosa.
Los fingers de pollo insistimos en pedirlos de segundo a pesar de que nos aconsejaron que los tomásemos de primero. Estaban muy buenos, eran los mismos que los de la ensalada, y de hecho la salsa era la misma que la de la ensalada. Dos platos en uno. Muy buenos.
No me acordé de hacer foto a los postres. Pedimos un sorbete de mango con una chispa de alegría, viene presentado en copa de champán con una pajita negra y está muy bueno, ligero y perfecto para bajar la comida. También pedimos un cheesecake con helado de pistacho. Estaba bueno a pesar de la mermelada gelatinosa de fresa que tenía por encima. La ración es generosa. Es textura a medias entre tarta y flan. Aconsejable. 
El servicio un encanto, muy atento. El ambiente a la hora de comer entre semana inmejorable, estuvimos prácticamente solos. Me lo apunto como un básico para cuando tenga cosas que hacer por la zona, pero no como restaurante especial de descubrimiento del mes.
¿Lo mejor? La decoración y las raciones.
¿Lo peor? Los segundos no son el punto fuerte.
¿Volveremos? A lo mejor sí.
Precio: 15-20€/pp. 
C/San Bernardo, 115
Telf: 910 83 65 99
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