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febrero 17, 2022

Hermosilla, diseño, producto local y toque internacional

El otoño pasado abrió, al lado de 99 Sushi Bar y detrás de Platea, Hermosilla, el nuevo sitio de moda. Es el nuevo concepto del chef italiano Marco Carboni, quien ha convertido, de la mano de Plantea Studio, lo que antiguamente fue Rómola en un espacio muy eco, que transmite sensación de hogar y tranquilidad. Apúntatelo para tus cenas con amigas.

Como buen sitio de moda ahora mismo, su decoración se basa en elementos naturales: suelos de madera, mesas de madera y mármol, paredes en rosa claro y dos grandes árboles a cada lado del comedor. Cuentan con un horno de leña que Marco ha traído desde su ciudad natal, Módena, donde elaboran las pizzas y los flat bread.

El concepto me recuerda mucho a Mo de Movimiento, platillos para picar, opciones crudas, las carnes y pescados al Josper, sección de verduras y arroces y pastas.

Nosotros fuimos 4 y lo pedimos todo para compartir. Para ir haciendo boca, tres platitos. Primero, las almohadillas, paletilla de ibérico, parmigiano y balsámico. Después, el pollo de corral rebozado, crème fraiche de limón y cebolla roja encurtida. Al final, el ceviche ligero de corvina, caldito de hierbas mediterráneas y aceite de chile verde.

Los tres platos me gustaron mucho. Comidos en ese orden, además, la conjunción de sabores es una pasada. Con las almohadillas, el chef nos propone mezclar lo mejor de nuestros países, el jamón con el parmesano. La mezcla no puede salir mal nunca.

El pollo de corral fue tal vez el más flojo de los entrantes, pero también muy bueno. La grasilla del pollo con la acidez de la crema y la cebolla combinan de maravilla.

Finalmente el ceviche. Es un plato que me fascina. Intento pedirlo cuando lo veo en una carta, porque se presupone una buena calidad del pescado (para comerlo crudo tiene que estar bueno). Que esté tan bien traído a España con el caldito mediterráneo me parece una proeza.

De segundos, cuatro platos. Para empezar, una pizza de pesto de alcachofa, provolone y panceta otra de sobrasada, burrata y tomate confitado. A continuación, papardelle con ragú a la antigua y jugo de ternera. Para terminar, la lubina con estragón, chalota confitada y aceituna verde.

Las pizzas muy diferentes a lo que estamos acostumbrados a comer por ahí. La de pesto de alcachofa me pareció buenísima y la de sobrasada voló, así que puedo garantizaros que estaba muy buena.

La pasta la propuse yo porque me recordó a una que había comido en Italia, en la Toscana, y no me quedé nada lejos. Si volviera mañana a Hermosilla, la pediría 100%.

Por último, la lubina, que estaba muy bien ejecutada. Muy tierno el pescado, la salsa muy suave. Un plato exquisito.

Llegó el postre. Fudge brownie caliente, helado de crema de coco, caramelo. Un gustazo de aspecto, esponjoso y pinta de muy casero, como de hecho por tu abuela. El helado de coco le queda de maravilla, sin duda mucho mejor que el típico helado de vainilla.

No os lo puedo aconsejar como restaurante con terraza, pero es importante tener en cuenta que los ventanales se abren de par en par dejando la sala casi a pie de calle.

Id. Id en cualquier momento del año, cualquier día de la semana, a cualquier hora del día. Es un sitio de moda, así que en cualquier momento tendrá buen ambiente. Os van a recibir con una sonrisa de oreja a oreja, con una educación de las que no quedan y vais a comer bien.

Precio: 30-40€/pp.

Las fotos del local son propias de Hermosilla porque el día que yo estuve estaba hasta arriba y no pude hacer fotos del espacio y que se apreciaran los detalles.

Hermosilla
C/Hermosilla, 4
28001 Madrid
914 924 122

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