Da gusto cuando de repente encuentras restaurantes que se salen de lo común quedándose en lo tradicional. ¡Lo que nos gusta una buena sesión de comida de pueblo, una vuelta a los orígenes! Podríamos inventar el concepto casti-chic (de castizo y chic) y en el diccionario aparecería la foto de Aire. Se trata de una rotisserie en el barrio de Chamberí, uno de los proyectos de Erika Feldman e Ignacio González-Haba (conocidos por su restaurante Montana).
Toda la decoración de Aire va en perfecta consonancia con su carta: madera, colores cálidos, cuadros campestres y líneas sencillas y modernas. Su carta, prácticamente incluyendo los postres, gira en torno a las aves, y yo me preguntaba si un restaurante podría sobrevivir a base de una carta de pájaros, si de verdad había tantos adeptos a este tipo de gastronomía, y lo cierto es que todavía no he conocido a nadie que haya ido y no tenga en mente repetir. Yo la primera.
Había pasado por delante de Aire como mil seiscientas noventa y siete veces y siempre pensaba en lo misterioso que me parecía. Fuimos un viernes a comer, un grupo de siete personas y por recomendación de los que allí mandaban, nos llenamos el estómago con:
Foie de pato curado a la sal con bizcocho de higos, croquetas cremosas de aves nobles, tartar de pato de los Gers, huevos de pata, patata de Sanlúcar, cebolla roja de Zalla y trufa de verano, tres secuencias de un pichón de sangre en su hábitat y llauna de paloma y trufa a la la leña.
Aperitivo |
Foie de pato curado a la sal con bizcocho de higos |
Foie de pato curado a la sal con bizcocho de higos |
Foie de pato curado a la sal con bizcocho de higos |
Croquetas cremosas de aves nobles |
Tartar de pato de los Gers |
Tartar de pato de los Gers |
Huevos de pata, patata de Sanlúcar, cebolla roja de Zalla y trufa de verano |
Tres secuencias de un pichón de sangre en su hábitat |
Tres secuencias de un pichón de sangre en su hábitat |
Llauna de paloma y trufa a la la leña |
Todo me pareció sensacional: las croquetas con la salsa de curry y coco eran una auténtica pasada, el risotto de paloma tenía un toque crujiente sabroso espectacular y el huevo de pata es sin duda un plato que no podéis pasar por alto.
De postre hicimos una selección de tres entre los cinco que nos dijeron y al final elegimos la tarta de limón, coulant de avellanas con helado de algodón de azúcar, y bizcocho de dátiles.
En cuanto a los postres, la tarta de limón es mi debilidad, soy muy exigente con su elaboración y esta superó con creces mis expectativas.
El servicio es un sobresaliente. Todos los camareros conocen a la perfección todos los platos, los explican al traerlos a la mesa y estan pendientes durante toda la comida para que todo sea estupendo.
¿Lo mejor? El sabor tan sorprendente de cada plato, y que al ser una carta tan original, probablemente tengas que pedir a ciegas.
¿Lo peor? Nada, nada, nada.
¿Volveremos? Ya estoy deseándolo.
Precio: 30-40€/pp.
C/Orfila, 7
28010 Madrid
Telf.: 91 170 42 28