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mayo 23, 2014

Aspen (Madrid)

He encontrado uno de esos sitios que cuando los conoces se convierten en un restaurante de cabecera. Es perfecto para cenas de trabajo, cenas en pareja, comidas los domingos o cualquier día para cualquier cosa. No está en el centro, pero tampoco lejos a morir. Aspen se encuentra en La Plaza de La Moraleja, que es un lugar muy agradable e idílico. Podéis pedir mesa tanto en el interior como en la terraza y os atenderán estupendamente.

No sé si es que a mí me gusta demasiado comer o es que ese día tenía hambre, o sencillamente que la carta es variada, extensa y apetecible en todo su conjunto. Elegimos para compartir dos entrantes: calamares a la andaluza y ensaladilla rusa, y luego cada uno pidió su plato. Comimos risotto de setas con aroma de trufa, canelones de pollo rústico con foie, trufa y parmesano y steak tartar. De postre pedimos la tarta fina de manzana, que hay que pedirla con el resto de los platos para que vayan preparándola.
Yo, que no soy de calamares rebozados, me lancé a probarlos. Y de verdad que estaban realmente buenos. Los entendidos dijeron que no estaban fritos con el aceite lo suficientemente caliente porque no crujían, pero oye, chapeau.


La ensaladilla rusa, sobresaliente. Era degustar una cucharada y no poder parar. La mayonesa hecha como con aire así que parecía ligera (pero no lo era, ¿qué ensaladilla rusa es ligera?) Buenísima. TOP. Imprescindible si vais. 
El risotto se pide para compartir entre mínimo dos personas. Te lo acercan a la mesa para que veas el aspecto y una vez aprobado, se lo llevan y te lo traen servido. Un detalle. Y encima es que está buenísimo. Muy potente de sabor y el arroz en su punto. La cantidad es perfecta, porque al ser risotto llena mucho y aunque a primera vista parece escueta, al final uno queda satisfecho.
Los canelones son, cuanto menos, originales. Nunca los había probado de pollo con foie y trufa y la verdad es que también están buenísimos. Nada comparado con canelones de carne de toda la vida. Los sirven sobre unas tostadas de pan y con cebollita y están de muerte. Aunque debo reconocer que a mi gusto el pollo estaba algo seco, pero claro, eso es lo que ocurre cuando te gusta la carne cruda: que es muy complicado que los platos en los que la carne no es lo principal, ésta esté al gusto.
El tartar la verdad que una burrada. Algo picante para mí, pero bueno, bueno, buenísimo. Qué os voy a contar de un tartar… Jugoso, la carne tierna y con el tamaño perfecto… Y yo siempre os lo recomiendo, aunque no sea la especialidad de la casa. Creo que un tartar casi siempre es una apuesta segura y nunca decepciona. Además es que cada tartar es distinto según el restaurante y según la ciudad en la que lo pidas.
La tarta la verdad es que me sorprendió bastante. Si la miras crees que va a ser súper crujiente y va a saber como a crêpes y no, porque es una tarta de manzana. No probamos otros postres, pero os recomiendo que pidáis este, no tiene desperdicio.
El sitio es muy agradable. Los domingos se llena de familias con niños mayores, nada de bebés correteando. El servicio es sin duda el que mejor calificaría si hiciera un ranking con todas las entradas que hay en el blog hasta hoy. Son camareros formados, siempre pendientes y avispados. Como ya os he dicho: típico sitio que se convierte en el restaurante de cuando te apetece que te cuiden y no sabes a dónde ir. 
Son un sitio emblemático de La Moraleja y lo saben, por eso saben cómo tratar a sus clientes.


¿Lo mejor? El servicio y la localización.
¿Lo peor? Nada a primera vista.
¿Volveremos? 100%
Precio: 30-40€/pp.

Plaza de La Moraleja
Teléfono 91.625.25.00 
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