Buscábamos algo cerca de casa: tomar algo y volver rápido, y encontramos Doberman. Se encuentra en Sanchinarro, en una calle muy de bares. Está decorado con un estilo muy sencillo e industrial, en blancos y negros, combinando mesas altas con mesas bajas alrededor de una barra.
Yo lo clasificaría como comida de toda la vida con inspiración gourmet. La elaboración de los platos corre a cargo de Rafa Morales, galardonado con dos estrellas Michelin.
Pedimos todo para compartir: sticks de pollo con Corn Flakes y salsa de miel y mostaza, bombones de Burgos con confitura de manzana y crunchy de arroz inflado y canelones trufados de ternera con jamón de bellota, seta Simeji y aceite de trufa blanca.
Todo nos gustó mucho. Las raciones son abundantes, así que nos pusimos morados.
Los sticks de pollo eran muy tiernos y la salsa estaba logradísima. Los bombones de Burgos fueron un descubrimiento: es el típico plato que te deja con ganas de más y del que te tomarías al menos dos raciones. Los canelones nos encantaron, porque para empezar no eran nada grasientos. Además el trufado no tapaba el resto de sabores, así que le daba un toque espectacular.
La chica que estaba de camarera fue muy simpática. Nos recomendó en todo momento y nos aconsejó con las cantidades.
C/ Príncipe Carlos, 44
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