Está lleno desde que abrió. Hace ya un año que Miguel Marcial y Carlos Griffo decidieron unir fuerzas y abrir una pequeña casa de comidas en el barrio de Chamartín. Buen producto, elaboraciones sencillas y una terraza con mobiliario de publicidad son las claves para darle el toque desenfadado a este restaurante marcado por la cocina tradicional de temporada.
Sí, sí, has leído bien: terraza. Por esta zona no existes si no tienes una, pero si no te convence, sobre todo porque ahora hace frío, en el interior tienes una zona con barra y pocas mesas o el comedor principal.
Te voy a contar lo que comimos. Fuimos seis y lo compartimos todo.
Primero, ensalada de dos tomates, tomate azul y tomate feo de Tudela, con bacalao y ajo.


Después, mejillones en escabeche. El escabeche lo hacen ellos. Sublimes.


A continuación, anchoas de Santoña. Te las sirven en un plato y con pan de cristal y tomate triturado a parte.

Mientras, íbamos picando un poquito de cecina de León y haciendo tostaditas de sobrasada de vaca rubia gallega.


También probamos las gambas cristal con huevo frito. Muy crujientes, muy sabrosas. Se rompen los huevos y se come todo junto. Brutales.


Después llegaron las croquetas de jamón y la tortilla de merluza. Para ponerles un piso. Las croquetas muy cremosas y muy grandes, las metería directas al ranking de las mejores croquetas de Madrid, y la tortilla muy jugosa y con un importante sabor a pescado.



De principal, y a punto de estallar, verdinas con almejas. No soy yo muy de platos de cuchara calientes, pero reconozco que habría repetido varias veces este plato. Ligero aunque contundente y con una sopa que fusionaba perfectamente todos los sabores.

Y llegaron los postres, porque comimos postre sí. Elegimos su famosa tarta de queso, que habrás visto en Instagram varias veces y el arroz con leche. Ambos fantásticos. Son dos de mis postres favoritos (después de la tarta de limón, claro), y después de todos los que he probado, debo decir que estos son de campeonato.


La atención del personal es buenísima, siempre traen el surtido de panes para que no te quedes sin probar su maravillosa mantequilla, y, aunque es cierto que cenamos bastante apretaditos, el plan es buenísimo. Sin duda uno de los restaurantes que coloqué en el post de los mejores descubrimientos de 2019.

Ticket medio: 30-40€/pp.
Quinqué
C/Apolonio Morales, 3
910 73 28 92